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Lo siento, John. No me siento muy bien. Aquí tengo lo que recetó el doctor Forrest. Justo lo que necesito, Jess. Bebe esto. Quiero ver el partido. Quiero ver el partido. No lo harás, Willy. Quiero ver el partido. Debes ir a la cama. Vamos, no digas tonterías. Sabes que es la hora de dormir. Basta, Willy, por favor. Sigue así y el coco te va a atrapar. No es cierto. Mamá dice que no existe el coco. ¿Oh, no? ¿Y qué es lo que viste antes? Y no puedes estar seguro de que no va a volver. Debes meterte en la cama y taparte la cara con la frazada. Porque si no lo puedes ver, él no podrá verte. ¿Y qué haría si me viera? Él te comería. ¿Sabes cómo se siente ser comido? Peggy, tengo sed. Tráeme un vaso de agua, por favor. Willy, no le hagas caso. No existe el coco. Bueno. ¿Y quién era el hombre que vimos antes? Sólo era un pobre hombre que estaba herido. Pero Peggy tiene razón en algo. Es tu hora de dormir. Ponte el pijama. ¿Qué te pasa, Blitz? ¿Qué ocurre? ¿Qué es lo que te molesta? ¿Hola? Peggy, ¿cómo están los niños? ¿Emily ya llegó? No, aún no llegó. Recién lo acosté. ¿Podrías quedarte hasta que llegue Emily, por favor? Por supuesto que lo haré. Adiós. Muy bien, gracias. Adiós. Blitz. Blitz, vuelve aquí. ¡Blitz! ¡Blitz! Quizás fue un choque de autos. Supongo que deben haber llevado al hospital al dueño. ¿Sí? ¿Un choque? La moto no tiene ni un rayón. Oh, Jesús. Por Dios. Peggy. Peggy. Pequeño mocoso. Vamos a ver a Katia, ¿sí? Aquí están. Spaghettis italianos. John, ¿le pasarías este plato a Ian, por favor? Gracias. Aquí tienes, prueba un poco. Gracias. Padre, padre. Habla Engleman, ¿puede escucharme? Tome el micrófono delante suyo y apriete el botón para hablar. Sí, inspector. Lo escucho. Hay otra víctima. Un chico del norte. Llamé al hospital. Van a mandar una ambulancia para recogerlo. Él estaba despedazado. Tenía razón, padre. No es un hombre. Es un monstruo. Cristo. Eres muy malo. No voy a quererte más si sigues con tus bromas estúpidas. No quise asustarte así, Emily. Lo sé, Willy, lo sé. No estoy enojada, de veras. No pienses más en eso. Y Katia, no seas tan dramática.

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